Se da la paradoja que las comunas del país con mayores necesidades de inversión para el desarrollo no cuentan con las capacidades técnicas y los ingresos suficientes para hacerse cargo de esta realidad. Producto de estas carencias se limita el desarrollo de los territorios, puesto que son los recursos disponibles y los profesionales los que permiten atraer la inversión pública, la que de manera estructural no siempre beneficia a las zonas más aisladas y vulnerables del país.